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El psicoanálisis se ha posicionado como uno de los abordajes terapéuticos psicológicos más importantes durante el siglo XX. En nuestro país, además, ha tenido un notable crecimiento al punto de ser una de las terapias más buscadas dentro de las psicoterapias.

Desde el punto de vista del paciente, debemos tomar en cuenta ciertos factores a la hora de entender qué es lo que vamos a encontrarnos al optar por un psicoanalista, frente a un psicólogo o psicoterapeuta.

Ante todo, estaremos eligiendo una terapia que enfocará nuestra problemática desde un punto de vista no sólo práctico sino estructural: El psicoanálisis enfoca la psiquis, ante todo, como un sistema cuyo componente inconsciente es negado, para poder sostener una consciencia; Y a la problemática en las fallas que esta negación genera.

Una vez que nos encontremos en las primeras entrevistas frente a un psicoanalista, notaremos un procedimiento bastante natural y esperado: Comentaremos nuestras problemáticas encontradas en la vida cotidiana, deseos frustrados, conflictos familiares y sociales. Recibiremos de nuestro analista preguntas, pedidos de ahondamiento en la temática o diversas respuestas. Pero una diferencia importante en el psicoanálisis radica en los factores que determinan dichas reacciones y la forma en que afectan nuestro discurso:

La concepción del aparato psíquico: La diferenciación entre el inconsciente, preconsciente y consciente; y/o la diferenciación entre el ello, el yo, el superyó.

La libido: Es la energía pulsional, aquello que nos impulsa hacia la vida o hacia la muerte.

La asociación libre: El paciente habla, tratando de evitar la negación y/o la censura, intentando convertir en palabras todo aquello que se le presenta.

Actos fallidos: Equivocación generada por la interferencia entre lo dicho y un deseo o pensamiento inconsciente.

Análisis de los sueños: Consiste en dilucidar el sentido a nivel inconsciente que se presenta a partir de las producciones imaginarias del sueño.

Estos elementos, aunque a veces no los identifiquemos directamente, estarán disponibles en las sesiones terapéuticas de psicoanálisis. Por ejemplo, en una sesión contaremos un hecho problemático vivido durante los últimos días; Una equivocación en la narración puede suponer un acto fallido (exposición de un deseo inconsciente); El analista puede preguntar a qué se asocia aquella problemática y la reacción provocada en el paciente, y mediante la asociación libre, lograr una conexión no negada con otro hecho problemático; Luego puede asociarse el hecho a una situación soñada días atrás, en donde aparece un deseo negado (libido). Blog de GuíaTerapia